Si tu respuesta es afirmativa, esto que vas a leer te ayudará demasiado.

Lee con atención.

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No puedes llegar a la comida con tanta hambre que necesites picotear de todo. Sientes ansiedad.

No puedes permitir que al probarte ropa te acompleje tu cuerpo. Podrías tener una autoestima pésima.

No puedes pensar cada vez que comes (inserta pizza, hamburguesa, galletas…) que no vas a volverlo a comer en un tiempo. Por tanto, te pones hasta las cejas. Te pegas un atracón.

Después de todo esto, te sientes fatal.

Te lo digo porque, probablemente, un día vas a estallar, vas a pensar que nunca lograrás sentirte bien contigo misma y que estás condenada a vivir así para siempre.

Tal y como me pasó a mí.

Sin embargo, pude escapar.

Te cuento mi caso así muy por encima, por si te sirve de ejemplo y te anima.

Pero te digo, pasaron más de 10 años para poder salir de esa situación.

Tú puedes hacerlo en mucho menos tiempo.

Te explico.

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Tenía 12 años cuando, estando en un probador me eché a llorar porque no me gustaba lo que veía. Unas caderas y un culo enorme. Tenía 3-4 tallas más que el resto de mis amigas.

Así que empecé a hacer dieta.

Al principio hacía lo que hacían los demás.

Copiaba sin saber el por qué.

Esto no funcionó. No logré sentirme mejor conmigo misma.

Yo seguía tocando mis muslos gordos, veía en el espejo a una chica que no me gustaba y en la playa seguía notando el roce de mis piernas.

Así que decidí apuntarme al gimnasio. Hacía sobre todo cardio. Spinning, boxeo, zumba, un poquito de sala de musculación…

Para mí, cuanto más tiempo pasase en el gimnasio, mejor.

Otro grave error.

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Es cierto que al principio perdía peso, pero llegó un punto en el que me estanqué.

Lo jodido fue que estaba perdiendo grasa y músculo. Desconocía lo importante que es conservar el músculo.

Al ver que no conseguía el cuerpo que quería tras mis grandes esfuerzos, mi salud mental sufría. La autoestima y la motivación iban quedando por los suelos.

Lo que no sabía es que esos esfuerzos podía optimizarlos. Hacerlos más eficientes. Destinarlos a lo que de verdad funciona.

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No fue hasta que hice una alimentación flexible y acorde a mis necesidades lo que hizo que los demonios, los pensamientos tóxicos y el “no soy capaz de hacerlo” se esfumasen.

Dejé de enfocarme en ser más delgada y empecé a enfocarme en ser mucho más fuerte.

Y pasé a ser una perra sorprendente curvilínea y elocuente.

No sólo físicamente sino mentalmente.

Es por ello que ahora soy dietista-nutricionista y he ayudado a cientos de personas a lograr lo que se propongan cambiando su alimentación.

Tú también puedes lograrlo.

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Si dejas tu correo en esta página web, te enviaré diariamente un email para que te sirva de motivación y cambies tu dieta.

Entrar en la lista es gratis y a partir de ella podrás acceder a todas las herramientas para mejorar tu dieta. Te explicaré qué debes hacer para que lo entiendas y puedas decidir entre muchas opciones. Así ganarás autonomía.

No pretendo que estés eternamente conmigo. Prefiero que llegues lo antes posible a tu objetivo y cuentes por ahí que no tienes que estar atada a una nutricionista para tener una dieta saludable.

Me gusta una frase que dice lo siguiente.

"Si logras entenderlo, lograrás cambiarlo."

Si logras saber por qué haces lo que haces, tendrás la sartén cogida por el mango y ya podrás hacer con ella lo que te de la gana.

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Bueno, lo que te decía.

Si dejas el email te enviaré un correo cortito en el que te contaré una historia, una anécdota, un caso práctico...

Yo que se, se me ocurren muchas cosas para poder motivarte.

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Estos correos son de gran valor. Tienen una información que puede ser reveladora para ti.

Aunque no son del máximo valor.

¿Por qué? Porque el contenido de máximo valor está dentro de Zaidomin. Sólo para los pacientes. Los que pagan.

Tú también podrás acceder a ese contenido de máximo valor porque en cada correo trataré de venderte mi servicio.

Te venderé que mejorando tu alimentación apuntas a tu objetivo.

Para que lo sepas y no te quedes con cara de ñu si te vendo.

Me gustaría hacer crecer este proyecto y también visitar Japón.

A ver, no todo tiene que ser trabajo, ¿verdad?

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Espero que no te moleste que te cuente en qué quiero gastar mi dinero pues, entonces, mi sinceridad y naturalidad no te va a gustar y supongo que los correos tampoco.

Si aún así quieres dejar tu email, ya te digo, podrías entrar también a Zaidomin.

Tan sólo si sueltas la pasta (y no hablo de espaguetis), tengo disponibilidad en la agenda y decido trabajar contigo. Porque, entre otras cosas, no trabajo con gente que tiene expectativas irreales.

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¡Ah!

Que no se me olvide.

Al suscribirte, te daré un ebook con 3 claves para cocinar cualquier receta saludable de forma rápida y fácil. Si leíste el apartado de esta web “Quién soy yo” que tienes arriba, sabrás por qué siempre te daré recetas rápidas y fáciles.

Y con el ebook podrás echarle un vistazo a ese contenido de máximo valor que encontrarás dentro de Zaidomin.

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Lo dicho. Si quieres dejarme tu correo y recibir una anécdota cada día que podría motivarte para que cambies tu dieta, es aquí: